jueves, 6 de septiembre de 2012

A un imposible ( Poema II )


I
Que tristeza saber que no estarás
cuando vencido me hunda en ese laberinto de sabanas sedientas
buscando la miel de tu cuerpo
y el agua de tus besos no llene esta copa.

Y no estaras
cuando golpee la pared con toda la bronca
(que es lo único que me da este amor)
tratando de quebrar el muro que no te deja verme.

Y no estaras
cuando mi mirada yerre maldita  sobre santuarios de sombras
profanando la tumba de tus muertos,
queriendo rasgar con un recuerdo tu piel,
para mirar muy dentro de tu corazón
si quizás hay algo de mí.

… Que tristeza saber que no estarás…
y sin embargo…
tratando de callar el silencio
que es tu voz
porque es la voz de tu ausencia,
tomare inocentemente
algún libro de poemas
y sin llamarte aparecerás
como si quisieras gastarme una broma
y tomándome desprevenido buscaras asustarme apareciendo de golpe.

O como si encerrada
en algún rincón oscuro del pensamiento del poeta
èste girara la llave de la puerta que te contiene
para que salgas a jugar.

Y sí…
esbozo una sonrisa
y me presto a este juego,

¡Ah mujer…!
Asi de barata es esta soledad
que se me instala sin necesidad de empeñar una lagrima
y se me entrega desnuda,
a cambio de versos tan malos
que yo mismo me doy vergüenza ajena.

Pero que puedo hacer…
solo resignarme
a escribir una esperanza,
que le cambie el triste semblante a esta noche
y dibuje una sonrisa a la luna.

 

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